La Denominación de Origen Ruedo, surgida en 1980 es la más antigua de las distintas denominaciones de origen que podemos encontrar en la comunidad autónoma de Castilla Léon. Ávila, Segovia y Valladolid son los territorios que ocupan esta denominación de origen contando, en total, con 73 municipios.
La uva Verdejo de Rueda, los suelos cascajosos y un marcado clima continental son los tres elementos diferenciadores que caracterizan a esta Denominación de Origen tan afamada en nuestro país.
Si bien debido a su altitud, la zona que ocupa la Denominación de Origen Rueda es considerada perteneciente a un clima continental, es cierto que debido a su latitud esta zona de Rueda ocupa un ámbito mediterráneo.
Resultando terrenos relativamente altos aunque llanos, entre 700 y 800 metros sobre el nivel del mar, las tierras de la Denominación de Origen Rueda pasan por secos y calurosos veranos, largos y fríos inviernos y cortas primaveras. Estas circunstancias de cambiante clima junto con unas escasas precipitaciones que tan solo alcanzan unas máximas de 500 litros anuales, hacen necesario a las cepas tener que potenciar unas profundas y fuertes raíces que les permitan a las vides tener acceso a recursos de agua almacenados en lo más profundo del subsuelo.
Excelente acidez, toques herbáceos característicos de monte bajo y un intenso aroma son cualidades que hacen a la uva Verdejo distinta de otras variedades de uva blanca y que dotan de un carácter y una personalidad inconfundible a los vinos blancos que con esta variedad de vino desde hace ya tanto tiempo se elaboran. En boca, estos vinos blancos Verdejo tan representativos de la Denominación de Origen Rueda tienen como puntos en común una completa e intensa explosión de sabores frutales acompañados de un toque amargo.
La uva Verdejo, máximo exponente de la Denominación de Origen Rueda, se da desde hace siglos en estos territorios aunque su origen no cuenta con testimonios suficientes que permitan concretar una fecha histórica concreta de introducción de esta variedad de uva en la zona.
Se piensa, aún así, que la aparición de la uva Verdejo coincide con el periodo de reinado de Alfonso VI, época en la que comunidades de mozárabes, cántabros y vascones repoblaron numerosos territorios a lo largo de toda la cuenca del Duero. Se piensa que fueron concretamente los mozárabes los que introdujeron la variedad de uva Verdejo en nuestro país y, más específicamente, en estas zonas que actualmente constituyen la Denominación de Origen Rueda.
Con textura que va variando de limosa a arenolimosa, los suelos de la Denominación de Origen Rueda resultan pedregosas tierras muy sencillas para el laboreo de color pardo en las que abunda el magnesio y el calcio. Su PH, como normal genera, se encuentra en unos niveles que oscilan entre 7 y 8.
Aunque normalmente para la elaboración de los Rueda Verdejos se suele utilizar únicamente uva Verdejo, resultando así vinos blancos monovarietales, el mínimo obligado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen es un 85% de uva Verdejo en el total de la composición del vino. El color amarillo pajizo con tintes y destellos verdes, un intenso aroma frutal con toques herbales y una gran estructura y frescor son las características de estos vinos blancos Ruedo Verdejo, el buque insignia de la Denominación de Origen Rueda.
A diferencia de los denominados vinos “Rueda Verdejo”, el vino blanco “Rueda” tan solo ha de tener un mínimo de un 50% en su composición de caldo proveniente de la variedad de uva Verdejo, por lo que las características propias con las que este tipo de uva dota a los monovarietales elaborados con ella, se verán más suavizadas en el caso de los vinos Rueda. Aún así, los vinos Rueda resultan vinos suaves, florales y de gran frescura.
El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda establece que serán reconocimos bajo el nombre de “Vinos blancos Rueda Suavignon” los elaborados con, al menos, un 85% de la variedad de uva blanca Suavignon Blanc. Estos vinos se caracterizan por tener una agradable entrada en boca con largo postgusto y un gran potencial aromático en su cata en nariz en los que destacan las frutas tropicales.
Con un periodo de envejecimiento mínimo de 9 meses en botella y siguiendo un proceso de elaboración según el método tradicional, estos vinos Rueda espumosos elaborados con la variedad de uva blanca Verdejo consiguen destacar por una gran delicadeza y frutosidad. A su vez, pueden resultar vinos semisecos o secos y cuentan con una graduación mínia de 11,5 grados.
Estos vinos de la Denominación de Origen Rueda, que cuentan con una graduación alcohólica de, al menos, 15 grados, destacan por su característico color dorado y su tostado sabor proveniente de su proceso de envejecimiento en barrica de roble de dos añosmínimos de duración antes de poder ser comercializados.
h3> Vinos rosados.
Elaborados a partir de un mínimos del 50% en su composición de caldos de uvas tintas de variedades autorizadas, los vinos rosados de la Denominación de Origen Rueda destacan por un original y llamativo color rosado que recuerda a la fresa. Son vinos de gran brillo, transparencia y de limpio color. Sus intensos aromas recuerdan a futras como la mora, la grosella o la frambuesa. Estos vinos rosados de Rueda resultan muy estructurados y sabrosos.
Al igual que el resto de los vinos rosados que podemos encontrar de la Denominación de Origen Rueda, los rosados espumosos Rueda son producidos a partir de un mínimos del 50% en su composición de caldos de uvas tintas de variedades autorizadas por el Consejo Regulador. Su toque de distinción reside en que son elaborados según el método tradicional de una segunda fase de fermentación en botella y una crianza de, como mínimo, 9 meses.
Los vinos tintos jóvenes de la Denominación de Origen Rueda, elaborados con variedades de uva tinta autorizadas por el Consejo Regulador, no tienen crianza en barrica y, si la tienen, el periodo es inferior al tiempo establecido para ser considerados como vinos tintos Crianza. Estos vinos tintos jóvenes cuya temperatura ideal de servicio ha de rondar los 18 grados centígrados, se caracterizan por aromas que nos recuerdan a frutas silvestres así como por un intenso color rojo carmín en una fase visual de cata con múltiples toques violáceos.
Para ser considerados Vinos tintos crianza, los caldos provenientes de uvas tintas autorizadas por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda con los que estos vinos se elaboran han de pasar, como mínimo, por un periodo de maduración de 24 meses de los cuales por obligación al menos 6 han de ser en barrica de roble. Como resultado de este proceso de elaboración y envejecimiento, los vinos tintos crianza de Rueda adquieren unos limpios colores de rojo cereza con ciertos reflejos parduzcos. Su aroma frutal se ve también completado con tintes de madera debido a su proceso de crianza en barrica.
Los vinos tintos reserva de Rueda han de ser envejecidos y criados, al menos, por un tiempo no inferior a 36 meses de los cuales un mínimo de 12 meses debe ser en barrica de madera que suele ser de roble. Gracias a este proceso, los vinos tintos reserva de la Denominación de Origen Ruedan adquieren unos complejos aromas y unos intensos sabores que van desde los toques de regaliz hasta el cuero.
Con una crianza mínima de 24 meses en barrica de roble, los tintos gran reserva son los vinos más complejos de las variedades de uva tinta de la Denominación de Origen Rueda. Su color intenso rubí y su gran intensidad en sabores y olores son las características más destacables de estos vinos llenos de personalidad.
