Características de la crema de orujo gallega

El destilado de aguardiente de orujo gallego que nos servirá de base para elaborar esta crema de orujo será producido con una selección de las mejores variedades de uvas autóctonas gallegas como son la uva albariño, godello, loureira y treixadura.

Este destilado de aguardiente de orujo, se combina con crema de leche y, gracias la lenta mezcla de todos sus ingredientes se consigue que cada materia prima pueda dar lo mejor de sí misma resultando una exquisita crema de orujo de la más alta calidad. Una vez que todos los elementos e ingredientes que completan la crema de orujo gallega han sido mezclados, se filtra para deshacerse de cualquier posible exceso resultando así una crema limpia llena de sabores y matices.

En una primera fase visual, la crema de orujo presenta un agradable y armonioso color claro tostado. En nariz, la crema de orujo gallega nos trae toques a lácteos debido a la crema de leche con la que es elaborado y aún así, encuentra un perfecto equilibrio al ser combinada con el aguardiente gallego. Por último, la crema de orujo gallega resulta en boca presentar una envolvente entrada y toques que recuerdan a la leche condensada para, finalmente, acabar con gran intensidad.

Este “Baileys” gallego de gran tradición será, sin duda, un agradable trago que servir acompañando a los postres y el café después de una comida pero, también puede ser debido a su carácter azucarado la base ideal para realizar distintos postres y tartas si se combina la crema de orujo gallega con queso mascarpone o gelatina de café.

La temperatura recomendada de servicio de la crema de orujo gallega es entre 4 y 7 grados centígrados, por lo que se sirve muy fría y, mejor aún, si es en un vaso de chupito que ha estado antes en el congelador.